Juan José González López
CEO de Innóvalis Soluciones Estratégicas
El I+D+i está en boca de todos, es algo que ha ganado fuerza con los años y que, a día de hoy, tiene un importante impacto mediático a nivel mundial diferenciando la excelencia y solidez de las grandes multinacionales del resto del tejido empresarial.
Pero el impacto y relevancia del I+D+i va más allá. La actividad en materia de Investigación, Desarrollo e Innovación se ha convertido, hoy por hoy, en un elemento esencial para el crecimiento económico de cualquier país desarrollado.
En nuestro país todavía es un gran desconocido para gran parte del tejido empresarial. Todavía estamos muy por debajo de nuestros países vecinos, y este hecho tiene una única lectura; tenemos que mejorar, corregir nuestras debilidades y afianzar nuestras fortalezas a la vez que trabajamos más y mejor para ponernos al nivel del resto de Europa.
Pese a la lejanía con la que parte de las empresas mira hacia el I+D+i, que parece estar sólo al alcance de las grandes firmas multinacionales o sectores históricamente ligados a él, como el químico o el farmacéutico, introducir la innovación en nuestro entorno empresarial es más fácil de lo que imaginamos, cualquier empresa puede innovar.
Para introducir el I+D+i en nuestra empresa debemos de ser realistas y marcarnos objetivos alcanzables en nuestro entorno. Obviamente una empresa del sector de la alimentación no va a descubrir la cura contra el cáncer, pero puede desarrollar productos que ayuden a prevenirlo.
A continuación apuntamos algunas recomendaciones que nos ayudarán a introducir de manera eficaz el I+D+i en nuestra empresa.
Perdiendo el Miedo a Innovar
Innovar es sinónimo de cambio, de mejora, de asumir riesgos… de evolucionar, para empezar a innovar es imprescindible que consideremos el I+D+i como factor clave e imprescindible para el crecimiento de nuestra compañía y actuemos en consecuencia para que no sea un apartado vacío dentro de nuestro plan estratégico.
Seguramente, si echamos la vista atrás podremos identificar proyectos promovidos por requerimientos de nuestros clientes o del mercado que han supuesto una mejora tecnológica para nuestra empresa, ¿se puede considerar innovación? ¿qué hubiese pasado si nos hubiésemos anticipado al mercado? Posiblemente estemos más cerca de la innovación de lo que creemos.
Para intentar cambiar esta tendencia es imprescindible empezar a innovar y para ello debemos generar nuevas ideas que permitan mejorar lo que hasta ahora veníamos haciendo.
Para fomentar la generación de ideas, un factor determinante es la creación de Unidades de Innovación, conformadas por diferentes departamentos de nuestra empresa, que tengan como objeto identificar áreas de mejora de nuestro proceso productivo, funcionalidades y aplicaciones de nuestro producto o incluso anticipar las necesidades y evolución del mercado.
Es fundamental que sepamos hacia donde queremos dirigir el rumbo de nuestra empresa, la generación de nuevas ideas y el desarrollo de proyectos innovadores que nos ayudarán a alcanzar los objetivos marcados.
La Unión hace la Fuerza. Cooperar es la Clave
Implicar a nuestro entorno empresarial va a incrementar exponencialmente nuestro potencial, y va a ser imprescindible si queremos sacarle el máximo partido a nuestra propia actividad de I+D+i.
La formación y consolidación de redes de cooperación va a darnos una visión global y completa de nuestro sector, nuestro producto y sus aplicaciones, a la vez que nos va a reportar una mayor generación de ideas que servirán como precursores de la innovación.
La labor individualizada de una empresa, en la gran mayoría de los casos, por sí sola no representa una mejora significativa en términos de I+D+i, sin embargo, cooperar con nuestros proveedores y clientes e incluso con nuestros competidores, nos va permitir mejorar los productos existentes e incluso lanzar nuevos productos.
Un buen ejemplo de esta cooperación son los nuevos vehículos híbridos o los nuevos vehículos con pila de hidrógeno, donde los grandes fabricantes cooperan con sus proveedores e incluso establecen alianzas con sus competidores con un mismo fin común: desarrollar el vehículo del futuro.
La Colaboración Tecnológica, una Fuente Inagotable de Ideas
En la gran mayoría de los casos, no disponemos ni de las infraestructuras tecnológicas ni de los recursos humanos necesarios como para empezar a innovar.
Éste, junto con el riesgo inherente que conlleva la innovación, es el principal enemigo del I+D+i empresarial ¿cómo salvar esta limitación? La respuesta es utilizar apoyos tecnológicos.
Un asesoramiento tecnológico externo (Universidades, Institutos y Centros Tecnológicos), es imprescindible para llevar a cabo una actividad innovadora significativa y recurrente.
En este sentido, puede ser determinante contar con una red de expertos que den respuesta a nuestras necesidades y nos aporten la experiencia acumulada de otros proyectos desarrollados en diversos campos, como la incorporación de nuevas tecnologías emergentes en el proceso productivo, desarrollo de nuevos productos o mejora de los existentes, introducción de nuevos sistemas de prototipado o la investigación sobre nuevos materiales.
Apoyos externos, el combustible del I+D+i
La dedicación de gran cantidad de recursos humanos y materiales, junto con la incertidumbre inherente a los proyectos de I+D+i, son factores determinantes que hacen que no llevemos a cabo un mayor volumen de actividades innovadoras, cruciales para el crecimiento sostenible de nuestra compañía.
¿Cómo podemos minimizar el riesgo que asumimos con las actividades de I+D+i? La respuesta es clara, aprovechando al máximo el amplio abanico de apoyos externos que tenemos a nuestro alcance.
El marco actual pone a nuestra disposición gran diversidad de apoyos a actividades de I+D+i. Sin ánimo de ser exhaustivos citamos los principales:
1.- Incentivos Fiscales al I+D+i. Se caracterizan por ser apoyos que no están sujetos a concurrencia competitiva, es decir, dependen exclusivamente del grado tecnológico de nuestro proyecto. Los proyectos de I+D pueden alcanzar una intensidad máxima de apoyo del 64% de los gastos incurridos, mientras que los de Innovación Tecnológica pueden optar a un 13% como máximo.
2.- Programas de ámbito internacional y europeo. Se caracterizan por ser proyectos en cooperación donde deben intervenir agentes de diferentes países y diferente naturaleza (grandes empresas, pymes, universidades, etc.). A título orientativo destacamos el Programa Marco H2020, EUREKA, etc.
3.- Programas de ámbito nacional y autonómico. Existen diversos programas de I+D+i que dan apoyo al desarrollo de proyectos de I+D+i, contratación de personal investigador, inversiones tecnológicas, creación de empresas, etc. Entre ellos destacamos los siguientes: CIEN, REINDUS, Proyectos de I+D+i del CDTI, Programas del IVACE, etc.
Una correcta gestión de estos apoyos externos puede minimizar el coste de nuestro proyecto en más de un 70%. Gestionar de manera adecuada las oportunidades existentes va a ser determinante para que nuestra actividad innovadora crezca año a año y nos haga más competitivos.
En conclusión: nuestro crecimiento, como todos sabemos, pasa por fomentar e impulsar la actividad de I+D+i en nuestras empresas ¿estamos dispuestos a hacerlo posible?
“El hombre de 50 años que ve el mundo de la misma manera en que lo veía a los 20, ha desperdiciado 30 años de su vida” Muhammad Ali